11.10.05

Los sueños de Atila Pasalaqua


Anoche tuve un sueño. Estaba junto a dos amigos, Jaime y Rony. Uno de ellos, asiduo a las aventuras de todo tipo, quería tirarse de arriba de un edificio en una especie de paracaídas de cuero (ummm... suena sexy), el cual habíamos confeccionado nosotros mismos no sé por qué. Por esas cosas surrealistas que pasan sólo en sueños, sucedía que cuando Rony se lanzaba al vacío con el paracaídas abierto, primero caía sobre un árbol que estaba junto en frente de donde se tiraba… bueno, ese tipo de idiotez de parte de él, debo confesar, no es tan así en la vida real…para que luego, cuando entraba en caída libre, el paracaídas se le transformara en un volantín. Hasta ahí todo bien. Así, con esta extraña metamorfosis del instrumento, lo malo es que este pastel comenzaba a elevarse, cada vez más, colgando del volantín y alejándose del lugar en el cual estábamos. Yo partía tras de él en una bicicleta, dándole instrucciones a grito pelado para que no se soltara (es en este momento cuando debo haber dado los gritos aquellos en mi cama)… creo que la persecución comenzó a eso de las 3 am y culminó con el despertador del celular. Después de este fin de semana largo, el más aliviado con el despertador fue Rony.