14.3.05

El extranjero

Anoche, viendo Tolerancia Cero, se hablaba sobre el Chile actual en términos de cómo existe una gran cantidad de gente con una sensación de disconformidad frente al sistema cultural-económico que se está formando. Si bien, por un lado hay un avance económico (estadísticamente, claro), por otro lado tenemos una desvalorización cultural, teniendo siempre presente como "realidad cultural" la que se construye a través de los medios masivos. Muchos de los comentarios de estos distinguidos caballeros hicieron encajar en mi cabeza varios temas que ya pensaba, pero que aún no tenían forma. De todo esto me surgen varias ideas que me inquietan y que tienen que ver con la dirección que toman las cosas en términos culturales más que nada. Así como tenemos una variopinta oferta cultural y de calidad siempre, por lo menos en Santiago, no deja de ser siempre alternativa, dejando para las masas consumidoras sólo lo desechable, lo redundantemente malo y la autocomplacencia de medios como la televisión que transforman a la vulgar curiosidad, a la teleserie o al estelar, en pan de cada día, como si fuese lo importante y trascendente para todos nosotros. Claro, la masa ya está amaestrada, no reclama, no reflexiona y goza tragando basura.

No hay posturas comunicacionales atrevidas (con una que otra excepción) y jamás se opta por la novedad, a no ser que sea un cojo campeón de atletismo o el implante de pechuga de la actriz famosa de turno. Es la ley del mercado podrá decirse, pero tampoco se ven líneas culturales claras por parte del Estado como para equilibrar las cosas un poco. Es triste comprobarlo con la vieja del negocio de la esquina o con tu propia familia a veces.

Esa sensación, ese sentimiento…así debe ser sentirse extranjero.