7.3.06

Los esquivos sabores de la vida

Dos cosas. Si usted se pregunta que pasó con este blog, la verdad, es que me da un poco de vergüenza a estas alturas mantenerlo o sólo admitir que tengo un blog. El hecho se parece a cuando te compras una polera y a las 2 semanas empiezas a verla por todas partes... cueando esto era una novedad, traté de interiorizarme al máximo por los blogs, a tal punto de meterme hasta en el código de este sitio, siendo un verdadero ñurdo en lo que a programación se refiere. Tanto es así que aún me complico para programar el despertador de la tele... Cuando veo en lugares y lugares cómo se llenan la boca con la moda de los blogs, o a intelectualoides alardear de su gran conocimiento de la blogósfera... empiezo a sentir olor a peo. Actualmente me he vuelto un lector de blogs, a través de un magnífico amigo, lo que por lo demás resulta mucho más gratificante que hablar con la muralla.

Como acostumbro, una cosa nada que ver: es bueno cuando las cosas que te apasionan resultan muy bien o simplemente bien. Así se encuentran los esquivos sabores de la vida.